En esta serie de tres partes, con la esperanza de encontrar un compañero de habitación compatible, Ricardo de México le da a Noelia de Venezuela para recorrer su hogar.

Un hacendado es asesinado. Su hijo Valente, de diez años, se refugia con su padrino y tras una década regresa para vengar a su padre. El pueblo está de fiesta y Julia Beltrán, la hija de uno de los asesinos, es la reina. Valente tendrá que decidir entre el amor y la venganza.

Morena intenta consolar a Yago, quien se enfrenta con los detalles de su terrible pasado. Aldo, por su parte, sigue amenazando a su esposa.

La cara de Luisa no alcanza a esconder de todo los rastros de la violencia de Aldo, hasta el punto de tornarse sospechosa. Yago, en cambio, se muestra transparente ante Gardel.

¿Será que la hermosa Morena ha tenido ya suficiente de selva? La chica de ciudad parece estar lista para partir y dejar a Yago en el pasado. Mientras tanto, la esposa del Gringo riega la sopa. Ramón está preocupado. Lejos de ahí, el diagnóstico de la enfermedad terminal de Lucio y su repentina decisión de contraer matrimonio generan todo tipo de reacciones entre los miembros de su familia.

Alfredo le hace una visita inesperada a Luisa, quien está sumamente confundida. ¿Es Alfredo su amigo, su psiquiatra o algo más? Luisa se siente sola, siente que ha perdido al único amigo que la esuchaba y en quien podía confiar.