Yago se alista para ir a cenar con Morena. Aunque está vestido para impresionarla, el lujoso restaurante lo sorprenderá.

Kevin y Cata se encuentran el domingo y salen a dar una vuelta al parque, ¿será el momento de Kevin para poner en práctica todo lo aprendido y darle un beso?

Mientras Damián e Ivo discuten sobre el pasado, Federico visita al padre Manuel en el convento y Milagros reflexiona sobre las motivaciones y muerte de su madre.

El video que Kevin y Fede quieren ver ha desaparecido. ¿Quién es el culpable?

La fotografía de la madre de Mili en el escritorio de Federico desata un interrogatorio muy emotivo. ¿Tendrá el dueño de la casa una respuesta satisfactoria?

Valentina hace un video documentando la vida de los miembros de su banda, X6, que también son los miembros de su familia.

Kevin y Fede suman fuerzas para comprar un video educativo, pero no todo puede ser tan fácil para estos dos jóvenes deseosos de aprender, ¿cierto?

Morena descubre información clave en el misterio de la muerte de Franco Sirenio y del pasado de Yago.

Después de una incómoda conversación con Cata, Kevin se da cuenta de que tiene mucho que aprender en el tema del amor y las mujeres. Poco después su hermano mayor Leo intenta aleccionarlo sobre el tema.

Damián explica a Ivo los motivos de la ira de Pablo: uno más de los muchos secretos de esta familia.

Los agentes parecen cada vez más cerca de descubrir el paradero del falso Pierre Bernard. El estafador continúa seduciendo a su presa.

Lucio comparte algunos de los recuerdos familiares con Yago; su reacción reafirma la convicción de que Yago es su sobrino. Melina, por su parte, intenta descubrir la verdad sobre el abuso de Aldo a Luisa.

Luisa intenta convencer a Andrea de que participe en su plan macabro. Damián intenta animar a Pablo pero termina por empeorar la situación.

El presunto Felipe Urrutia logra por fin reunirse con la actriz Amalia Durango. ¿Logrará engañarla y robar su corazón?

La cara de Luisa no alcanza a esconder de todo los rastros de la violencia de Aldo, hasta el punto de tornarse sospechosa. Yago, en cambio, se muestra transparente ante Gardel.