La personalidad y las tendencias del pequeño Pablo se comienzan a ver desde muy temprana edad en su vida cotidiana.

Cuando el pequeño Pablo se da cuenta que los riesgos de lo que hace son altos, decide ponerle otro precio a sus favores.

El comportamiento del pequeño Pablo se refuerza a través de las palabras de la persona en la cual él más confía. Años más tarde su actitud estará lista para ponerse a prueba en los mercados ilegales de Medellín.

El negocio de cigarrillos inicia bien para Pablo. Sin embargo, sus aspiraciones lo empujan a hacer un juramento arriesgado.

Después de verlo en el cementerio, el joven Pablo se acerca al alguacil para ofrecerle sus servicios.

Pablo Escobar ya no quiere seguir siendo un simple guardaespaldas y por esta razón decide hablar directamente con el Alguacil.

El transporte de la mercancía parece destinado a fracasar cuando un capitán del ejército decide actuar de manera honesta.

Después del éxito que tuvieron con el transporte de los camiones, el Alguacil sigue involucrando cada vez más a Pablo Escobar en sus negocios.

Mientras tratan de descubrir quién fue el responsable del tiroteo en el centro de la ciudad, el Alguacil y Pablo descubren un nuevo tipo de negocio que parece ofrecer una alta rentabilidad.

Después de ser premiado por Alguacil, Pablo prepara una gran celebración para festejar el éxito que le están generando sus negocios.

La fiesta de cumpleaños de Pablo está siendo un éxito hasta que un evento inesperado interrumpe la celebración.

Después del incidente de la fiesta, Pablo tiene la oportunidad de hablar con Patricia y pedirle que haga una promesa.

Pablo sigue descubriendo nuevos lugares del bajo mundo y no pierde ninguna oportunidad para hacerse notar.

En el final de este capítulo, Pablo Escobar conoce a una de las personas más influyentes del bajo mundo de Medellín.

Natalia nos presenta la hermosa ciudad de Otavalo, considerada como capital intercultural de Ecuador. Nos lleva también a su mercado: un goce de los sentidos.