Federico Kauffman Doig ha recibido el premio Amauta, la más alta distinción que ofrece el gobierno peruano por méritos culturales. Suecia y Austria también lo han honrado con reconocimientos similares. Sin embargo, Federico tiene mucho trabajo por delante y no piensa ni siquiera por un momento en la idea de jubilarse. Aún hay muchas montañas por explorar y ensayos que escribir.

Javier es originario de Cusco, Perú, y nos cuenta las razones por la cual ésta sigue siendo su ciudad favorita de todo el mundo.

Vamos a escuchar un poco más de esta historia de amor, protagonizada por una dama alemana y un hombre peruano que tienen una cita con el destino.

Si todavía no eres un fan del Señor Doig es que no lo conoces bien. Sus expediciones por la jungla han producido libros, y descubierto cosas como los Pinchudos, estatuas gigantes de momias y otras cosas interesantes en un sitio llamado Carajía. ¡Estamos preparados para una expedición!

Federico fue una especie de trotamundos en sus primeros tiempos, y se describe a sí mismo como haber sido un “pre-hippy”. Su padre intentó que su hijo fuera otra cosa aparte de un vagabundo, probó a Federico para cualquier indicio de pasión, cualquier inquietud. “¡Es la arqueología!” Es lo que gritaron cuando vieron que el joven disfrutaba explorando ruinas antiguas.