Parece que el fracasado actor quiere ayudar a Majo en su sueño de trabajar en el cine. ¿Será verdad? Mientras tanto Gala conoce a uno de los cincuentones que Melina le prometió.

Los padres de Tomás se marchan durante el fin de semana y Juan no pierde tiempo para aprovechar la ocasión con una fiesta. Violeta, por su parte, maquina sus propios planes en los que Mauro no está incluido, a pesar de sus intentos de reconquistarla.

Teresa piensa que el cuarto de Juan está en la onda y tiene muy buena vibra. Pero claro, el retrato de Jim Morrison hace eso a cualquier habitación. Definitivamente es un verano para el amor, pero no para Mauro (y no por falta de ganas o intentos). ¿Podrá ganarse el amor de Violeta con regalos y mucha insistencia?

Cholito consuma la trampa que le ha tendido a Ivo para desenmascararlo. Ivo no sólo ha perdido la apuesta con Bobby sino que además tendrá que aguantar la extorsión de Mili quien ahora tiene unas muy comprometedoras fotos suyas.

Mientras algunas personas sólo piensan en llegar a a la fiesta Tomás sólo busca la manera de salir de ella. pero no dejen que el dolor de estómago los engañe, Tomás está enamorado de Clara sin duda alguna. Las cosas se calientan y este drama venezolano está a punto de llegar a su desenlace.

Elena le dice a Mariano que sólo quería quedar con él para hablar sobre las facturas. Y él, no encuentra las palabras adecuadas para hacerla cambiar de postura.

Milagros, también conocida como Cholito o Mili, se siente como una rata traicionera por haber usado a Sor Cachete para jugarle una mala pasada a Ivo. Mientras tanto, Bobby se ríe de Ivo, quien simplemente no entiende cómo Mili se enteró de la apuesta. Ivo está enfurecido pero Bobby lo invita a La Bailanta. Lo mejor para pasar el trago amargo es ir a bailar.

Milagros le confiesa a Sor Cachetes cómo fue que se enteró de la apuesta hecha por Ivo y Bobby. Aunque Sor Cachetes le recomienda dormir, Milagros todavía tiene ganas de divertise así que decide salir a bailar como toda una Mili nocturna que luce espectacular con su nuevo vestido.

La noche pasa lentamente en la pequeña casa de tolerancia de Amelia. Gloria va a recoger a su hijo, y Soledad recibe de nuevo al joven Carlos, que llega otra vez con el bolsillo lleno de pesos. Amelia se deja llevar por la pasión con Raymond, mientras suena de fondo una canción del gran José Luis Perales.

Mili está radiante y lista para divertirse un rato con su amiga Lina en el salón de baile. Sin embargo, se encontrarán con Bobby e Ivo, quienes ya llevan un rato bailando en ese lugar. Mili e Ivo dicen que no se soportan pero terminan acercándose demasiado el uno al otro como para creerles.

Majo parece cada vez más ingenua e interpreta el poema de Bertolt Brecht, Ahora me llevan a mí, la pobre se equivoca de audiencia, seguramente. Por otra parte, parece que la suerte deja de sonreir al joven Carlos.

Una vez más Mili ha discutido con Ivo. Pero después de todo ellos están compartiendo un techo. Esta vez ella parece tener una estrategia sugerida por la buena amiga e inexperta pero entusiasta peluquera Mariposa. ¿Funcionará? La celestial huésped hermana Catalina se va. La nevera está vacía y nos enteramos de lo que solía significar planchar.

Las aspiraciones teatrales de Majo se ven fulminadas por la realidad. Mientras tanto, Gloria intenta con poco éxito equilibrar intimidad y familia.

Finalmente, Ivo cumple su palabra y le pide a su abuela, la refinada Señora Angélica, que despida a Milagros. ¿Por qué? Porque, según él, Milagros es una cloaca, un desastre y prácticamente una salvaje. Pero la abuela tiene sus propias ideas…

Milagro tiene muy buenas habilidades para sobrevivir en la calle, pero ahora es tiempo de una educación más seria. Suficiente de cumbia y más de Beethoven, dice la Abuela. ¿Podrá sobrevivir Milagros a la música clásica? Por su parte, Sor Cachetes está preocupada por Mili, aunque eso no le hace perder el apetito.