Cuando Candelario pierde su bicicleta, Guillermina y él descubren un pasaje secreto a un mundo maravilloso.

Cuando los acontecimientos que siguieron luego a su conmoción inicial condujeron a la amistad con una anguila que encuentran en el río, Guillermina y Candelario aprenden a no juzgar un libro por su cubierta.

Guillermina y Candelario disfrutan de una tarde navegando en su barca. El abuelo les enseña sobre la importancia de saber reírse de uno mismo. Más tarde, Guillermina tendrá oportunidad de poner en práctica tan sabio consejo cuando conozca a una simpática criatura con la que iniciará una electrizante nueva amistad.

Algunas veces es muy difícil entender a una persona de corta edad que no habla en tu idioma, aunque otras veces es muy fácil. Afortunadamente Zulbany pertenece a estos últimos. Vamos a escucharla mientras nos habla de su viaje a Mérida, cerca de los andes venezolanos.