Wilson (El falso Felipe Urrutia) está con Amalia en un restaurante, al pasar la tarjeta para pagar, el detective Jaime logra descubrir su ubicación.

Cuando el engaño no funciona, Wilson recurre al enojo. Jaime y Andrea poco a poco se van acercando a su pista.

Jaime y Andrea están tras la pista del supuesto Bernard, mientras Amalia Durango pasea por la ciudad con el estafador.

El falso Bernard, se da cuenta que no puede seguir saliendo con Amalia, por lo que le hace una pregunta muy importante. El detective Jaime sigue tras la pista de Amalia para encontrar al estafador.

Esperando a que Amalia esté lista, el rey de la estafa recuerda cómo fue rechazado por la actriz.

Los detectives logran descubrir donde está Amalia, gracias a su agente Pepa, pero ¿conseguirán atrapar al estafador?.

El agente Suárez sigue intentando atrapar al estafador y para eso busca hablar con Amalia Durango, la deslumbrante actriz colombiana.

El agente Suaréz llega a la residencia de Amelia buscando a Felipe, pero él logra escapar.

A pesar de la insistencia del agente Suárez, Amalia se niega a creer que Felipe Urrutia sea un estafador. Así, las probabilidades de capturarlo son cada vez menores.

Nuestro rey de la estafa no se amedrenta ante la investigación oficial. Ahora, una nueva identidad surge para mantenerlo a salvo y acercarlo a Amalia Durango.

El rey de la estafa ha asumido una nueva identidad: ahora es un borracho argentino bastante generoso.

Mientras que Ignacio comparte detalles de sus negocios con Magoo, Amalia le confiesa a Pepa lo que siente por su marqués.

Mientras Amalia comparte con Pepa su emoción por la cita que tendrá con "Ignacio" esa noche, Rubio visita la Embajada de España con la esperanza de obtener más información sobre él.

Mientras que los detectives parecen estar confundidos con la investigación, Isabel llega al apartamento del señor Román con información bastante valiosa.

Mientras que Isabel y el señor Román comparten secretos en la intimidad, los investigadores se mueven frenéticamente a sus espaldas para tratar de atrapar al gran estafador.