Por fin llega la policía y Paola hace todo lo posible por que entren en casa a buscar a su amiga Mariana.

Doris descubre que la policía está en la puerta de su casa por lo que decide huir con su hijo Sebastián.

Doris decide huir de la policía, mientras estos entran a su casa y descubren a Mariana herida y un olor químico en el aire.

Por fin termina la pesadilla para Paola, ahora que Mariana está bien y la Señora Doris está en un centro psiquiátrico, las chicas pueden comenzar olvidar.

Pipe, su novia y su mamá intentan encontrar el sitio perfecto para el árbol de navidad.

Aunque no querían, los muchachos terminan yendo a casa del vecino y parece que este oculta algo.

Felipe cuenta en la radio la historia de su vecino, Tobías, que tenía un aire misterioso y extraño y al que todo el vecindario temía y evitaba.

Felipe y Lucía están decididos a arreglar el problema de humedad. Para ello, sin embargo, deben hablar con su misterioso y poco amigable vecino.

La visita a la casa del señor Tobías no tiene el efecto esperado. Sin embargo, el problema de la humedad continúa y la mamá de Felipe está dispuesta a resolverlo.

La mamá de Felipe no está dispuesta a desfallecer en su intento por reparar la humedad en la casa. Para ello, Lucía tiene una idea que podría ayudarles a entrar en la casa del vecino.

Acompañados del plomero, Lucía y Felipe logran entrar a la casa del señor Tobías. Sin embargo, Lucía tiene otros planes en mente.

Durante la transmisión radial, Felipe comparte detalles sobre la sorpresa que se llevaron todos en el barrio cuando descubrieron que aquel viejo misterioso no vivía solo.

Lucía le dice a Felipe algo de lo que vio en la casa del señor Tobías y está decidida a hacer algo. Sin embargo, su novio no parece estar muy convencido.

Lucía está determinada a descubrir qué es lo que esconde el misterioso vecino y convence a su novio de ayudarla en su plan.

Después de su intensa aventura dentro de la casa del señor Tobías, Felipe y Lucía discuten el plan a seguir.