Los enemigos del joven Valente se las han arreglado para atraparlo con la guardia baja. Sin embargo, dos hermosas mujeres están dispuestas a demostrar su buena puntería para salvar al fuereño.

El joven Valente puede descansar tranquilo para reponerse de sus heridas bajo el cuidado de Julia y Luciana, las dos valientes heroínas que lo rescataron de una muerte indigna. La ocasión le dará a Luciana la oportunidad de descubrir la conexión que tiene el fuereño con su propio pasado.

¿Será cierto que la hermosa Julia ya está comprometida en matrimonio? ¿Que Valente Rojas encontró nuevas razones para quedarse en un pueblo tan traicionero? Lo que es seguro es que tendremos más acción y más drama...

Valente acusa a Julia de haberlo engañado y le confirma que está listo para enfrentar a sus enemigos. ¿Será Julia capaz de informar de ello a los muchos enemigos del "Fuereño"?

El intrépido protagonista se presenta a medianoche en casa de su amada, y le canta esta bella canción acompañado de unos mariachis.

El joven Valente tiene en la mira a la novia de Jorge Beltrán y va a visitarla. Esto no le causa gracia a Beltrán, para ponerlo en terminos moderados.

El peligro siempre está asechando a Valente Rojas, sea de frente o a traición y por la espalda. Sin embargo, como bien lo muestra esta escena, nuestro joven héroe sabe muy bien cómo poner a sus enemigos en su lugar.

Ahora que el joven Valente Rojas ha demostrado que sabe cómo defenderse, sus enemigos deciden recurrir a medidas extremas: por una parte el viejo Landeros intenta sobornar a Juliana para que sea ella misma quien mate a Valente. Por otra, el prepotente primogénito de la familia Landeros decide que quizá sea mejor contratar a un profesional para hacer el trabajo sucio.

Es el tiempo de decisiones para Valente y Julia. ¿Se casará Julia con Alberto? ¿Superará Valente su resentimiento? Tal vez las decisiones terminen coincidiedo...

Finalmente, los Beltrán y los Landero se dan cuenta de que su enemigo común, conocido ya por todos como "El fuereño", es parte de su pasado.

Una fogata en medio de la fría noche crea el escenario ideal para que dos mujeres confiesen sus secretos. Luciana le dice a Julia lo mucho que El fuereño le recuerda a un viejo amor. Sin embargo, Julia se niega a expresar sus verdaderos sentimientos. Mientras tanto, el joven Valente considera una atractiva pero peligrosa oferta.

El pequeño pueblo se hace más pequeño aún con la llegada de un obscuro personaje. No se debe confiar en alguien cuyo apodo es idéntico al calibre de un arma.

Valente Rojas sigue tratando de vengar la muerte de su padre humillando a Julia Beltrán. La atracción mutúa entre ambos personajes solo parece acentuar más su enemistad.

Alberto Landeros hace un trato sobre la vida del Fuereño. Pero cuando todo parece estar en contra de nuestro héroe, interviene la suerte.

Luciana reprende duramente a Valente por humillar a Julia. Sin embargo, su conversación se vuelve sincera y vulnerable al ella hablar de su amor perdido y él admite que nunca ha experimentado el amor.