Mientras la esposa y los suegros de Duque se preparan para dar el siguiente paso, Duque confiesa en la cárcel todo lo que ha sentido después de haberse ganado el loterín.

A pesar de la difícil situación en la que está, Duque logra acceder a un favor especial. Sin embargo, una interrupción abrupta le impedirá descubrir la verdad.

Aunque sus intenciones son diferentes, tres mujeres siguen interesadas en encontrar a Duque. Muy pronto Duque será sorprendido por una de ellas.

Irma cree saber a qué se debe el comportamiento de su esposo y se prepara a tomar cartas en el asunto. Por su parte, Duque tiene la oportunidad de dejar en claro algunas cosas con una arrepentida Dolly.

Mientras Plata y Orrego discuten lo ocurrido con sus compañeros de trabajo, Margarita descubre nuevos detalles sobre el posible paradero de Duque. Sin embargo, no se imagina lo que realmente está viviendo su amigo en esos momentos.

La frustración de Lombana con Margarita se interrumpe cuando recibe una inesperada visita en su empresa. Por su parte, las explicaciones de Duque parecen no convencer a las personas que están con él.

Mientras Irma trata de averiguar el paradero de Duque en la empresa de Lombana, Margarita hace lo mismo con una de las últimas personas que vio a Duque.

Duque finalmente se da cuenta de la gravedad del problema que tiene por delante. Por su parte, Dolly comparte con Margarita información valiosa sobre Duque y lo que ocurrió con ella.

Un misterioso empresario francés llega a Bogotá, pero pronto descubrimos que no podemos confiar en las apariencias.

El enigmático turista francés demuestra que la seducción es la mejor manera para conseguir información.

Wilson deja de pretender ser un hombre de negocios francés cuando se encuentra con un viejo conocido.

El supuesto empresario francés, "Bernard", revela el motivo verdadero de su viaje a Colombia.

El presunto señor Bernard está en una misión para conquistar a una actriz, Amalia Durango, y así superar uno de sus traumas del pasado.

Jaime Suarez parece haber sido engañado por un peligroso estafador colombiano. ¿Su orgullo le permitirá hacer lo correcto?

El supuesto señor Urrutia usa su acento español para engañar a la recepcionista de un hotel de lujo y conseguir una de las mejores habitaciones disponibles.