Alguien parece estar despertando nuevas emociones en la Mansión: Pablo desea volver a pintar, mientras Ivo tiene que atender una "flor de lío" en el jardín.

Milagros le da a Ivo una cucharada de su propia medicina.

Lucio y Melina discuten donde van a vivir mientras Elena y Morena hacen elaborados y fastuosos planes para celebrar el anticipado matrimonio.

Un inusual encuentro entre Yago y Morena sucede en un garaje. Aparte, con los diferentes carácteres de las personas que hay dentro de la mansión, seguramente habrán más dramáticas confrontaciones.

Andrea se prepara para su viaje a Chile mientras Mili regresa a la mansión y se prepara para su "cita" con Ivo.

Valente Rojas y el asesino a sueldo contratado por los Landero se enfrentan en un duelo a muerte. NOTA IMPORTANTE: Este video es solo para aquéllos que desean ver la conclusión de la película. Solamente contiene una palabra en español.

Después de la muerte de Ramón, Yago tiene una conversación con Gardel. Lo que Yago le dice, y los ύltimos acontecimientos, apenan al viejo hombre. Por otra parte, Morena le expresa a Yago su enfado con él antes de marcharse del lugar.

Alberto Landeros culpa a Julia y al asesino a sueldo por fallar en su intento de matar a Valente Rojas. Más tarde, Julia escucha cómo Valente Rojas, herido y boracho, proclama su amor por ella a viva voz en el pueblo.

Un fatal desenlace espera a Ramón, el hermano de Yago. Al parecer no pudo superar todo aquello que le atormentaba. La gente lo está buscando, pero... ¿lo encontrarán vivo?

Luciana reprende duramente a Valente por humillar a Julia. Sin embargo, su conversación se vuelve sincera y vulnerable al ella hablar de su amor perdido y él admite que nunca ha experimentado el amor.

Alberto Landeros hace un trato sobre la vida del Fuereño. Pero cuando todo parece estar en contra de nuestro héroe, interviene la suerte.

Valente Rojas sigue tratando de vengar la muerte de su padre humillando a Julia Beltrán. La atracción mutúa entre ambos personajes solo parece acentuar más su enemistad.

El pequeño pueblo se hace más pequeño aún con la llegada de un obscuro personaje. No se debe confiar en alguien cuyo apodo es idéntico al calibre de un arma.

Una fogata en medio de la fría noche crea el escenario ideal para que dos mujeres confiesen sus secretos. Luciana le dice a Julia lo mucho que El fuereño le recuerda a un viejo amor. Sin embargo, Julia se niega a expresar sus verdaderos sentimientos. Mientras tanto, el joven Valente considera una atractiva pero peligrosa oferta.

Finalmente, los Beltrán y los Landero se dan cuenta de que su enemigo común, conocido ya por todos como "El fuereño", es parte de su pasado.